Con las elecciones municipales, realizadas el 2 de octubre de este año, y la inestabilidad política que ha vivido el país en los últimos años, es fundamental considerar cómo el contexto político nacional y regional influye en las actividades de las organizaciones de activismo juvenil. Hoy te compartimos las miradas que las organizaciones integrantes del Núcleo Impulsor de Actúa.pe tienen sobre la coyuntura política y su impacto en los activismos.
Paremos el Acoso Callejero (PAC) – Innovación para enfrentar la violencia estructural contra las mujeres
El escenario político actual evidencia la violencia estructural contra las mujeres y el doble discurso en el que se celebra a la mujer trabajadora, pero a la vez no se la contrata porque son espacios donde “sólo participan los hombres”. Para Paremos el Acoso Callejero, es fundamental concientizar a lxs activistas sobre la necesidad de integrar el enfoque de género en las actividades de activismo que se realizan, priorizando siempre a los grupos históricamente vulnerables.
Los casos de maltrato en el Congreso, como el caso Freddy Díaz, evidencian la violencia estructural contra las mujeres y el doble discurso del Estado que cada 8 de marzo “celebra” a la mujer pero que, en la práctica, continúa vulnerando sus derechos. Sobre todo, en espacios como el Poder Legislativo, donde la representación política de las mujeres ha sido menos del 50% en los últimos años.
“Es responsabilidad de lxs activistas lograr que la violencia estructural contra las mujeres no se replique en las organizaciones, siendo un gran desafío fortalecer el trabajo y lograr coherencia al trabajar con entidades locales y nacionales. Asimismo, es necesario recordar la importancia de prepararse para trabajar en espacios presenciales y virtuales, generando discusión y diálogo, e integrando actores de la academia y el sector público”.
En este contexto, la innovación se considera clave en todos los espacios para poder adaptar los trabajos tanto a espacios virtuales como digitales. La pandemia resaltó la importancia de tener organizaciones sólidas con objetivos claros y procesos que permitan alcanzarlos. Para lograrlo, es necesario invertir tiempo y recursos en capacitaciones constantes, lo cual es especialmente desafiante para las organizaciones juveniles ya que son, en mayoría, voluntarias.
Red InterQuórum (Red IQ) – Barreras para un diálogo sostenido
Por otro lado, esta crisis política también conforma un escenario que mantiene en permanente incertidumbre al activismo juvenil. Los constantes cambios en el Gabinete Ministerial han fortalecido las barreras para entablar un diálogo sostenido con el Gobierno y debilitan los espacios de participación ciudadana. Sumado a ello, muchas veces los legisladores se alían con grupos políticos que muestran poco o ningún interés en mejorar las políticas públicas para la juventud. Parecen ajenos a las necesidades de la población y el hecho de que el acuerdo de Escazú no se haya firmado es un ejemplo llamativo.
Frente a esta situación, la Red InterQuórum considera que se deben mantener activos y fortalecidos los espacios de participación ciudadana para dar seguimiento a las reformas que están en proceso y defender su continuidad ante las organizaciones, autoridades y todos los responsables de garantizar la vigencia de los derechos. Para la Red IQ, es clave construir espacios de integración y articulación macrorregionales que generen vínculos entre activistas, colectivos y organizaciones con el propósito de promover el trabajo conjunto.
La vigilancia ciudadana es fundamental, sobre todo cuando las iniciativas gestionadas desde la sociedad civil contrarrestan los intereses individuales de quienes están en el poder. Además, fortalecer a las organizaciones sociales, a través del intercambio de conocimientos y herramientas entre activistas y especialistas, contribuirá a que las demandas ciudadanas estén acompañadas de iniciativas o propuestas populares viables para los cambios que se buscan.
“Se necesita una adaptación del activismo juvenil y sus acciones para incidir políticamente y colocar los temas en el debate público para que puedan ser discutidos, cuestionados y ver qué tan bien responden a las necesidades del país. Además, hay una nueva juventud que se está incorporando al activismo, con sus compromisos sociales, nuevas formas de participación, y el liderazgo actual debe tomarlo en cuenta desde una perspectiva nacional, regional y local”.
Viernes por el Futuro-Perú – La debilitación de los derechos
Otro aspecto que debilita el activismo juvenil es que la mayoría de autoridades nacionales son contrarias a las luchas sociales, lo cual tiene un impacto negativo en el avance de los derechos y el bienestar colectivo. En el futuro, las organizaciones esperan contar con funcionarios públicos aliados a la agenda de derechos, para que así el activismo juvenil sea más beneficiado, dado que no habría una oposición tan fuerte.
Para seguir fortaleciendo los activismos jóvenes, Viernes por el Futuro-Perú considera necesario que los colectivos trabajen en articulación con organizaciones e instituciones gubernamentales. Aunque advierten que suele ser difícil porque los espacios de participación para jóvenes disponibles en estas entidades son limitados, poco diversos, sesgados y, en algunos casos como en los espacios del Estado, aún hay resistencia de hablar abiertamente sobre feminismo.
“No puede haber adaptación del activismo y sus acciones si el gobierno es injusto y antiderechos. Adaptarse es ceder y perder totalmente el enfoque de buscar la justicia social a través del activismo. No habrá adaptación, siempre se luchará por lo justo”.
Por lo tanto, movimientos como Viernes por el Futuro apuestan por mantener la acción colectiva organizada para fortalecer las luchas. Las organizaciones no pueden quedarse quietas ante la injusticia y deben actuar desde la indignación para convertirla en acción, poniendo en ella todo su esfuerzo, con la resistencia y perseverancia de activistas y colectivos.
Cuencas-Red de Asuntos Amazónicos – Crisis política: Una oportunidad para la articulación social
Si bien las constantes crisis políticas que se viven en Perú influyen negativamente en el activismo juvenil, pues incrementa el rechazo de las juventudes a involucrarse activamente en política y limita los espacios de articulación entre organizaciones sociales y partidarias, Cuencas-Red de Asuntos Amazónicos señala que estos escenarios también pueden verse como una oportunidad.
“La crisis de los partidos representa una oportunidad para las organizaciones juveniles que ahora pueden relacionarse directamente con las autoridades e instituciones estatales, abogando por la lucha contra las desigualdades. Este trabajo se puede realizar a través de espacios como mesas de concertación y participación en foros ciudadanos”.
Teniendo en cuenta los persistentes enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo, es probable que las crisis políticas y sociales continúen. Sin embargo, para Cuencas, esto debería motivar que las organizaciones juveniles busquen una articulación descentralizada.
Es decir, que desarrollen estrategias basadas en alianzas con otras organizaciones para trabajar temas múltiples como la crisis climática, los derechos de los pueblos indígenas, los derechos de las mujeres y la diversidad, los derechos laborales, entre otros, con el objetivo de identificar problemas comunes para construir propuestas de acción conjunta.
