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Hablemos de cuidados: un tema que atraviesa el activismo juvenil

Por actua.pe
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Hoy les presentamos un tema que atraviesa a las luchas juveniles, pero que no siempre es integrado y entendido por lxs activistas. Los temas de cuidados son esenciales para el activismo porque están presentes a lo largo de la vida de todas las personas y constituyen las actividades para mantener, perpetuar y reparar nuestro mundo de manera que podamos vivir en él lo mejor posible.

Te invitamos a pensar sobre cómo este tema atraviesa el activismo con la organización Paremos el Acoso Callejero. Desde su experiencia, la organización ha identificado la importancia de integrar en sus acciones las problemáticas alrededor de los cuidados.

¿Por qué es importante hablar de cuidados?

La feminización del trabajo de cuidados como labores invisibilizadas, desvalorizadas y, muchas veces, sin remuneración mantiene obstáculos para la participación de las mujeres en el ámbito de la economía, la sociedad y la política. En nuestro país existe una gran brecha de desigualdad que se incrementa por la llamada “doble jornada laboral”, que se refiere a la suma del tiempo dedicado a la jornada de trabajo remunerado con las labores de cuidados no remuneradas que, sobre todo, asumen las mujeres en el 82% de los hogares peruanos. Según los últimos datos de la Encuesta sobre uso del tiempo, en los hogares peruanos las mujeres dedican más del doble de horas al trabajo de cuidados no remunerado que los hombres, superando las 50 horas semanales dedicadas a labores que no son remuneradas, reconocidas, valorizadas y visibilizadas.

Hablar de cuidados es poner sobre la mesa las desigualdades de género que reposan en los roles que aprendemos desde las infancias, es decir, desde los juguetes, deportes o colores. Por eso, la redistribución justa de las labores de cuidado es fundamental para promover la igualdad de género, reconociéndolas y valorándolas para que todas las personas puedan potenciar su desarrollo, bienestar social y autonomía, sobre todo, mujeres y niñas puedan crecer y vivir en igualdad con autonomía y libres de violencias.

En este sentido, el cuidado es un derecho que debe entenderse como el derecho a cuidar, a recibir cuidados y al autocuidado. Esto es clave porque el cuidado no debería depender de la situación económica, afectiva, condición legal o social de cada persona. Al igual que la salud, educación y seguridad social debe entenderse como un derecho, no como un privilegio. Las labores de cuidado son esenciales para la reproducción de la vida, el bienestar, la economía y el desarrollo de nuestras sociedades.

Hoy es crucial hablar de cuidados porque, lamentablemente, la pandemia ha dejado al descubierto la fragilidad de nuestro sistema que acentúa las desigualdades estructurales y se sostiene en el trabajo no remunerado ni valorizado que, en mayor parte, asumen las mujeres. La ENADES 2022 evidencia la situación conocida como “división sexual del trabajo” al develar que el 87% de hombres refieren que su principal ocupación es remunerada frente al 45% en el caso de las mujeres. A su vez, al mostrarnos que el trabajo del hogar no remunerado es la principal ocupación del 43% de mujeres encuestadas y, únicamente, del 2% de hombres. Esto denota la urgencia del debate y nos llama a reflexionar sobre la centralidad de las labores de cuidados para el bienestar, desarrollo socioeconómico y para la sostenibilidad de las vidas.

Los cuidados desde el activismo juvenil

Las problemáticas sobre las distribuciones desiguales de las labores de cuidados no son nuevas, pero hace poco tiempo que se comenzaron a estudiar y visibilizar en el activismo y sus luchas. Por ello, hasta la fecha, muy pocos grupos y organizaciones activistas juveniles tienen a la economía del cuidado como una línea de trabajo central en su agenda.

Los cuidados son tan claves para el activismo juvenil como el activismo juvenil es para los cuidados, pues gran parte del sistema económico, patriarcal y colonial en el que vivimos hoy se sustenta en el costo “invisible” que cargan, sobre todo, las mujeres por el trabajo de cuidados no valorizado. Así, se perpetúan dinámicas de opresión y desigualdad que expone, de manera diferenciada, a las mujeres a vivir múltiples violencias.

Aunque no es un tema lo suficientemente socializado en el activismo, es clave porque se trata de apostar por cambios de modelos que pongan las vidas humanas y naturales en el centro desde la transversalización de la justicia de género con otros ejes centrales del activismo como la justicia económica y la justicia climática y ambiental. Además, esa manera de asignar roles de cuidados y trabajos remunerados dependiendo del sexo ha generado en el imaginario que las mujeres ocupan el ámbito privado y los hombres desempeñan sus tareas asignadas en el ámbito público. Esto ha permitido que los hombres reciban históricamente tanto reconocimiento social y político como remuneración económica por sus tareas, manteniendo a las mujeres alejadas del espacio público y expuestas a perdida de autonomía económica y violencias.

Entonces, la economía del cuidado es relevante y esencial para que el activismo pueda cuestionar la desigualdad socioeconómica, las múltiples formas de violencias y las dinámicas de opresión que afectan, de manera diferenciada, a las mujeres. Incluso, permiten cuestionar las brechas salariales, la discriminación y las condiciones laborales.

La importancia de los cuidados en las luchas de las organizaciones

La organización de activismo Paremos el Acoso Callejero, integrante del Núcleo Impulsor de Actúa.pe, es una de las pocas organizaciones que ha integrado las problemáticas en torno a los cuidados en sus actividades. Paremos el Acoso Callejero nos cuenta sobre la identificación de los cuidados en las luchas.

Marchas exploratorias
del 24 de septiembre
Créditos: Ximena Medina

La organización de activismo destaca la importancia de habilitar espacios para trabajar este tema como transversal a las luchas de los grupos y organizaciones activistas, ampliar el conocimiento sobre el tema y visibilizar el trabajo de las mujeres, denunciando y dándole importancia a las opresiones. Este tema debe ser abordado desde sus múltiples causas y consecuencias, por ejemplo: el hecho de no reconocer el trabajo de cuidados, sobre todo, de las mujeres sustenta diversas dinámicas de violencia como la violencia económica, psicológica, simbólica, los “pisos pegajosos” para que las mujeres acceden a las ocupaciones remuneradas o el “techo de cristal” para que las mujeres accedan a mejores sueldos y empleos de toma de decisión.

Además, permite que la esfera del hogar siga siendo sinónimo de asuntos “privados” y de permanencia de la mujer que es sancionada, hostigada y disciplinada cuando transita el espacio público, por eso, “lo personal es político”. En esta línea, el acoso sexual callejero es una de las manifestaciones de disciplinamiento desde esa asignación de tareas y espacios según el sexo asignado al nacer. Por lo tanto, es clave que se incluya en la lucha contra el acoso callejero.

Además, en materia de participación política, las mujeres sufren hostigamiento y acoso político cuando realizan estas tareas que no están relacionadas con el trabajo de cuidados directamente, pero que muchas veces puede ser una barrera.

Marchas exploratorias
del 24 de septiembre
Créditos: Ximena Medina

Además, en materia de participación política, las mujeres sufren hostigamiento y acoso político cuando realizan estas tareas que no están relacionadas con el trabajo de cuidados directamente, pero que muchas veces puede ser una barrera.

Por último, si hablamos del cuidado de las vidas naturales y humanas las mujeres, históricamente, han sido las principales cuidadoras y defensoras de las familias, los ecosistemas, el agua y territorio integral; incluso, muchas de estas mujeres son vulneradas todos los días por esta defensa y cuidado de todas las vidas.

Por lo tanto, hablar de cuidados es esencial desde todos los ejes del activismo, ya que es un tema transversal que impacta, afecta e influye a todas las personas en muchos los niveles y diversos ámbitos como el económico, climático, ambiental, social y de género.

Más información sobre Cuidados:

  • Nota de prensa de la encuesta con Flora Tristán (Oxfam Perú) (2022): Haz clic aquí 
  • Tiempos de cuidados: desigualdades, economía feminista y trabajo de cuidados en el Perú | Oxfam en Perú​: Haz clic aquí
  • Desigualdades de género en las labores de cuidado no remunerado: data actualizada que reafirma la necesidad de un Sistema Nacional de Cuidados | Oxfam en Perú​: Haz clic aquí
  • ¿Por qué el paradigma de los cuidados nos puede acercar a sociedades más inclusivas y libres de odio hacia el movimiento LGBTIQ+? | Oxfam en Perú: Haz clic aquí
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