“La guerra por el agua” cuenta la historia de los agricultores del Valle de Tambo (Arequipa) enfrentados a la empresa Southern por el proyecto minero Tía María. Se trata de un reportaje/cómic interactivo en línea del portal de periodismo Ojo Público, que lanzó una versión impresa para la Feria Internacional del Libro de Lima que se lleva a cabo actualmente. Actúa.pe conversó con el dibujante Jesús Cossio, autor del impreso junto a la periodista Nelly Luna, para conocer más sobre su proceso de trabajo y sobre la representación gráfica de la conflictividad social en el Perú.
El conflicto por el proyecto Tía María es conocido como un “conflicto anti-minero”. Ustedes hablan de una situación de “dependencia minera” y definen el conflicto como una “guerra por el agua”. ¿Cómo decidieron el nombre (y el enfoque en el agua)?
Creo que nuestro enfoque justamente quiere evitar la polarización de los “pro-mineros” y “anti-mineros” en lo que tiene de simplificaciones esa polarización y revisar algunos matices o detalles de la situación sin minimizar los aspectos conflictivos. Los aspectos económicos y sociales que determinan una dependencia minera son a veces soslayados por la urgencia de las protestas o de las denuncias, cuando hay un espectro de posiciones en las negociaciones entre las mineras, la población y las autoridades civiles. Y todo ello se involucra con el aspecto ecológico, acerca de la escasez de agua, que cada año genera más desencuentros y hostilidades: una suerte de “guerra” sorda y subestimada.
“La guerra por el agua” se lanzó originalmente como un reportaje transmedia basado en el lenguaje del cómic. También lo han definido como un “cómic interactivo”. ¿Cuál dirías que es el aporte del cómic en este encuentro de formatos?
En nuestro caso, el cómic se ha usado como un lenguaje descriptivo que ayude a empatizar o entender los testimonios mostrados. Y a expresar mejor los espacios geográficos y sus barreras. La interacción en los dibujos, además, permite involucrar más a los lectores en estos tiempos de fáciles y oblicuas distracciones. Personalmente, me gusta la idea del dibujo como oficio que se pone al servicio del rigor periodístico.
¿Cuál es tu opinión acerca de cómo se representan los conflictos sociales y la violencia en el Perú? ¿Qué rol cumple la gráfica frente a esa representación?
Creo que hay diferentes modos de representación. Para mí, los más interesantes son los que menos uso hacen de los clichés de cierto “activismo”. No me refiero al activismo de base o que intenta articular en los hechos una respuesta ante algún conflicto, sino (por ejemplo) a cierto “arteactivismo” de frases hechas y algo de figuretismo. Como dice Basadre en su diálogo con Macera, hay que evitar cierta interpretación conspirativa de una realidad de héroes y villanos por una donde además de la malicia de las personas concurran también sus errores, sus atolondramientos, sus confusiones. La gráfica tiene el potencial de mostrar ese prisma humano porque parte de su poder es el retrato, el mostrar gestos, texturas, emociones.
En tu trabajo previo (Rupay, Barbarie, Guerrilla en Paucartambo) has usado archivo para documentarte y recogido testimonios para crear un soporte narrativo. ¿Cómo dialoga este proceso de trabajo con el del reporterismo? (J. Cossio y J. Martínez, el programador, viajaron con la periodista Nelly Luna a recoger la historia en el Valle de Tambo)
La diferencia es que mientras en dos de los libros mencionados (Rupay, Barbarie) usé registros documentales de bibliotecas y hemerotecas, para “La Guerra con el agua” la documentación visual la hice en el sitio acompañando a Nelly en las entrevistas y a Jason en la planificación. En ese sentido, fue parecido al trabajo que hice a Guerrilla en Paucartambo, en ambos casos leí primero abundante información de los temas y luego la contrasté con la visita a los lugares donde sucedió la historia.
¿A qué públicos está dirigido “La guerra por el agua” (la versión impresa que acaban de presentar y la versión en línea)?
En principio, a todo público, pues sabemos que puede ser algo difícil el aproximarme a un tema como el conflicto minero y sus aristas (sociales, económicas, culturales, ecológicas); sobre todo cuando existe la polarización citada antes. Creo que esperamos si que más jóvenes sientan justamente que los medios que les son tan familiares en casi cada aspecto de su vida (celulares, tablets y laptops) pueden ofrecer también la posibilidad de vincularlos con la información desde un lenguaje ágil como es el periodismo en web cómic.
Link de la version digital del comic