Miles de personas sufren distintas afectaciones por metales tóxicos producto de actividades como la minería y la explotación de hidrocarburos. A pesar de la tristeza, cansancio o miedo, cuando se trata de contaminación ambiental las mujeres toman roles imprescindibles en la defensa del territorio. Estas son algunas de sus experiencias.*
“Cuando yo tenía 8 años mi abuelo ha sido presidente de la comunidad y a punta de pistola, apuntándole a la cabeza, así ha firmado. Muchos hemos sido destituidos de nuestros terrenos sin preguntas, sin consulta ni nada. El hermano de mi zona es denunciado y tiene miedo de entrar a la lucha”
“Inocentemente, por falta de conocimiento nuestros padres han aceptado que haya minería cuando nosotros éramos niños. Si al menos hubiéramos sabido leer o escribir ahora en el presente nuestros padres hubieran vivido de nuestras tierras y no estaríamos así.”
“El Estado Peruano se hace al ciego, sordo pero sí nos hacen atropellar con los policías como si fuésemos delincuentes, nos llaman terroristas. La justicia peruana hace lo más fácil: declarar a nuestras comunidades en zona de emergencia. Si me quitan la vida morir hoy o mañana es igual, pero quiero morir defendiendo a mi tierra, a mi comunidad, a mi gente, por mi agua, por mi tierra”
“El terreno ya es inhabitable, esa presa de relave donde han amontonado tierra y piedras nuevamente la están removiendo y de ahí vienen las filtraciones: con el ventarrón se levanta un polvillo del relave que malogra el cultivo que sembramos, por eso estamos enfermas con dolor de cabeza, nos duelen los ojos, arden los pulmones, por eso sufrimos.”
“Nuestras peticiones no son atendidas. Mi hijo está enfermo por los metales tóxicos y mis hijos mayores me juzgan, me dicen “ahí está la empresa que ustedes han aceptado”… yo no sé a dónde, a quién correr. La empresa nos atropella, no sabíamos que la minería iban a hacer daño a nuestra salud.”
“Somos olvidados y cuando queremos que nos atiendan dicen que no hay dinero pero para ellos sí, día y noche sacan minerales de mi tierra y la atención tenemos que pedirla nosotros. Hace poco mandaron 8 doctores especializados sin equipo, ¿entonces de qué atención o mejora hablaríamos?”
“Nos sentimos inseguras, con mucha impotencia, marginadas. Las empresas nos cholean, nos llaman “de pollera”, nos discriminan, por último no hay trabajo para nuestros hijos… estamos tristes todos los días, nos preocupamos ¿cuándo voy a morir, cuándo mi hijo va a morir o mi hija va a dejar de existir?”
*El 11 y 12 de septiembre se llevó a cabo la primera reunión nacional de “Mujeres, territorios y salud ambiental” para mujeres de distintas regiones del país miembros de la Plataforma Nacional de Personas Afectadas por Metales Tóxicos e hidrocarburos.
